Recopilación de información que he encontrado sobre
las plañideras y sus costumbres a lo largo de la historia y en
diversas culturas.Toda la información a partir de aquí pertenece a
sus respectivos autores.
Pueblo Hebreo y las Lamentatrices
“Se hace
mención de estas mujeres desde la más remota antigüedad. Para
expresar de un modo más enérgico la desolación que debía causar
al pueblo judío la devastación de Judea,
el profeta Jeremías
dice que el Dios de Israel
mandó a su pueblo a hacer venir lloronas que él designa bajo el
nombre de lamentatrices.
Este uso del pueblo hebreo pasó a otras naciones y sobre todas, se
conservó entre los griegos y romanos. Estos últimos daban el nombre
de praefica
a la principal de cada comitiva de lloronas porque era ella la que
presidía las lamentaciones y la que daba a sus compañeras el tono
de tristeza que convenía según la clase del difunto.
Las
lloronas iban cubiertas con un velo
y llevaban un vaso en que recogían las lágrimas que derramaban.
Estos vasos llamados lacrimatorios
se encerraban con mucho cuidado dentro de la urna
donde se depositaban las cenizas del difunto. Como no se alquilaban
lloronas sino para los entierros de los ricos, por esto no se metían
en los vasos
lacrimatorios
en las urnas de los pobres para demostrar a la posteridad que ninguna
persona había llorado en muerte en sus funerales.” Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Pla%C3%B1idera
Plañideras en el Antiguo Testamento
“Atended, llamad a las plañideras, que vengan; buscad a las más hábiles
en su oficio.” (Jer. 9:17). El uso de las plañideras pagadas o
alquiladas estaba muy extendido entre los antiguos cristianos, aunque
los padres de la iglesia primitiva condenaban esta práctica por ser en
su mayoría ejercida por mujeres paganas que con sus llantos mercenarios,
acrecentaban el dolor y el luto que no se correspondía con la esperanza
de la vida eterna y la creencia en la resurrección.
En el antiguo Egipto; plañideras o Cantoras de la diosa Hathor
“Cuando una
persona fallecía, eran ellas las encargadas de dejar constancia
pública del duelo de los familiares, para lo cual formaban parte del
cortejo funerario, y demostrando consecuentemente con su presencia el
importante nivel de status que habría llegado a alcanzar en vida la
persona objeto de sus sollozosLa manera en que manifestaban el dolor
era variada: a través de lamentos, (que podían adoptar incluso la
forma de gritos estentóreos y descontrolados), dándose golpes en el
pecho, (el cual a veces dejaban al descubierto), echándose tierra
sobre la cara, cabeza y cuerpo, (tratando con ello de ocultar la
presumible belleza externa), o tirarse con energía de los cabellos,
(despeinándolos, o incluso arrancándolos); es decir, en conjunto
manifestando una conducta que diera sentida cuenta del profundo dolor
que implicaba la pérdida de un ser querido
De igual modo (y como complemento a lo anterior), las plañideras también se distinguían por otra serie de detalles externos y visibles, como eran el que iban ataviadas con un tipo de vestido especial que solía ser de color gris azulado, (color que se empleaba para mostrar los sentimientos de dolor en el área hoy conocida como Próximo Oriente), mostrando el cabello largo y suelto por la espalda formando mechones, marchando descalzas por el camino que conducía al finado a su última morada, o incluso apareciendo desprovistas de cualquier adorno personal que como detalle frívolo pudiese quitar solemnidad al cortejo.
De igual modo (y como complemento a lo anterior), las plañideras también se distinguían por otra serie de detalles externos y visibles, como eran el que iban ataviadas con un tipo de vestido especial que solía ser de color gris azulado, (color que se empleaba para mostrar los sentimientos de dolor en el área hoy conocida como Próximo Oriente), mostrando el cabello largo y suelto por la espalda formando mechones, marchando descalzas por el camino que conducía al finado a su última morada, o incluso apareciendo desprovistas de cualquier adorno personal que como detalle frívolo pudiese quitar solemnidad al cortejo.
La profesión de
plañidera, (que siempre se desarrollaba en grupos), solía
trasmitirse de madres a hijas,
Escenas significativas de
plañideras ejerciendo su oficio se pueden encontrar por ejemplo en
las paredes de diversas tumbas del Reino Nuevo, siendo la más famosa
de todas la del visir de Amenhotep III, Ramose, y entre las que
también se pueden destacar las de un escriba real llamado Jaemhet,
quien ostentó el cargo de Supervisor de los Graneros del Alto y del
Bajo Egipto durante el mismo reinado del anterior, o en las de dos
escribas de Amón, Hori y Neferhotep, quienes vivieron el primero en
época ramésida, y el segundo probablemente durante el gobierno del
faraón Ay, unas escenas en las que merced a ciertos detalles
aparentemente nimios algunos autores han llegado a deducir sin
embargo hechos elocuentes, como el que cuando colocaban las palmas de
las manos hacia arriba indicaban con ello un lamento, mientras que
cuando las dirigían hacia abajo al tiempo que extendían los brazos
era más bien una forma de rogar por el alma del
difunto”
Fuente:http://www.arqueoegipto.net/articulos/egipto_tematico/planideras.htm
Fuente:http://www.arqueoegipto.net/articulos/egipto_tematico/planideras.htm
“Las
plañideras, siempre en grupos, eran las primeras en llegar a la casa
del difunto y en ocasiones afeaban su rostro embadurnándose con
barro del Nilo y vistiendo andrajos. Luego se preparaban para el
cortejo fúnebre donde su labor no era meramente exteriorizar el
dolor de la familia, sino que formaba parte de un complejo ritual que
se componía del rezo de los sacerdotes, cánticos y danzas con el
objeto de llamar la atención de los dioses y preparar al difunto
para el último viaje. Las plañideras se purificaban con natrón, un
carbonato sódico que se utiliza en la elaboración de jabones y de
tintes, y se perfumaban con incienso. Vestían túnicas blancas o de
un gris azulado, desfilaban descalzas, con los pechos descubiertos y
tocadas con pelucas rizadas de las que se arrancaban los cabellos.
Los lamentos y gritos, las letanías y los golpes en el pecho, se
alternaban con ese movimiento de manos que podemos ver en el mural de
Ramose, al parecer, las palmas hacia arriba significaban lamento
mientras vueltas hacia el suelo eran un ruego por el alma del finado.
El llanto está representado por pequeñas gotas que caen de los ojos
y por las muecas de la boca en señal de dolor”
Herodoto
describiendo un cortejo funebre “es costumbre que al morir un
sujeto de importancia, las mujeres de la familia se emplasten de lodo
el rostro y la cabeza. Así desfiguradas y desceñidas y con los
pechos descubiertos, dejando en casa al difunto, marchan por la
ciudad llorando y dándose golpes de pecho.”
Plañideras en la Grecia antigua
La
presencia de las mujeres en los velatorios, estaba restringida a las
parientas próximas. Pero era común contratar a plañideras que se
alisaban el pelo delante del muerto y eran las encargadas del treno
fúnebre.
Eran famosas las plañideras griegas que podemos ver representadas en
el arte funerario, tanto que hasta nuestros días ha llegado el
dicho: “Llorar como plañideras griegas”.
Plañideras
en la Roma antigua
Con el pelo
suelto y despeinado seguían al cortejo de músicos, parientes y
amigos, con sus cánticos y sollozos y, como las mujeres de la
familia, solían arañarse y rasgarse las vestiduras.
http://javiercoria.blogspot.com.es/2010/08/las-planideras-i.html
Plañideras
en la Alta Edad Media
"La
escena del duelo se hallaba dividida en dos actos sucesivos e
inmediatos: durante
el primero, las manifestaciones eran salvajes (al
más puro estilo antiguo) o así debían parecerlo: “a penas se
constataba la muerte, a su alrededor estallaban violentas
manifestaciones de desesperación”, circunstancia que contrastaba
con la calma y sencillez del moribundo en espera de la muerte. Tales
gestos de pena y dolor sólo eran interrumpidos por el elogio del
difunto, segundo acto de esta escena; habitualmente existía un
“guía” del duelo quien se encargaba de las palabras de
despedida, haciéndose especial hincapié en la espontaneidad de los
acompañantes (familiares, amigos, señores y vasallos del difunto).
El
duelo solía durar algunas horas, el tiempo de la vela, a veces el
tiempo del entierro: un mes como máximo en las grandes ocasiones;
las gentes se vestían de rojo, de verde, de azul, del color de los
vestidos más hermosos para honrar al muerto."
Plañideras
en la Baja Edad Media
"Allí
donde las manifestaciones tradicionales del dolor subsistían, como
en la España de los siglos XIV y XV (aún persistían las plañideras
y el duelo tenía por objeto descargar el sufrimiento de los
supervivientes), su apariencia de espontaneidad y su dolorismo se han
atenuado; lo que no se quería decir mediante palabras o gestos, se
significaba entonces por el traje y el color: “En el siglo XII,
Baudry, abad de Bourgueil, señalaba como rareza extraña que los
españoles se vistieran de negro al morir sus parientes”.
Los
gemidos femeninos, que forman parte del ritual mortuorio y que en
cierta medida perpetúan la larga tradición de las plañideras
grecolatinas. Estos sollozos y gemidos rituales que encontramos en
torno al lecho del moribundo, en el velatorio y en el cementerio, son
siempre producidos por mujeres, los “agentes esenciales del rito
funerario” en palabras de M. Mauss (3). Recordemos a este respecto
que eran éstas quienes se encargaban del amortajamiento y del
velatorio del difunto. Las “pleureuses” confieren un cariz
dramático a la muerte, gritan, lloran, rezan, en ningún momento son
asistentes pasivos, la emoción les agita, sus muestras de dolor son
siempre apasionadas."
Fuente:“http://endrina.wordpress.com/2008/11/20/la-muerte-y-sus-ritos/”
Plañideras hoy en dia
"A pesar de la
prohibición, en algunas ciudades rurales de provincias españolas
como Extremadura, Galicia y Canarias, el oficio se mantuvo escondido
de las autoridades eclesiásticas de Roma.
Ángela Díez
Compostrana, de 63 años, es plañidera profesional desde los 21 años
en la ciudad de Casar de Cáceres. Su trabajo va desde recitar salmos
y encender velas hasta cuidar de los trámites legales y los
documentos del muerto en representación de sus parientes.
"Hay gente
que no quiere, o no puede, hacer esas cosas. Hay familias que tiene
que salir de la aldea y les cuesta trabajo venir aquí para eso.
Entonces, yo hago mi parte e incluso uso mi fe para ayudar a esa alma
a estar en paz”, dice Ángela a la BBC."
Fuente:http://padronel.net/2009/11/05/se-espaa-renace-el-negocio-de-las-plaideras/